o como resignificar la memoria colectiva
por Ximena Biosca
Desafío interesante el de Osqui Guzmán al poder traernos a la memoria colectiva a un un mito del ambiente teatral como el actor español José María Vilches –que falleció en una de sus giras en un accidente automovilístico- en su personaje del Bululú (juglar que iba por los pueblos representando todos los personajes en sus recitados). Para los que tuvimos el placer de verlo, tenemos intacto su imagen de trashumante, que llenó nuestra adolescencia y nos hizo recitar a Quevedo, Lorca, Cervantes y Machado
Y eso es en parte el teatro, memoria resignificada. Y es ahí donde Osqui, con toda su despliegue técnico y su dominio corporal acierta.
No ofrece una imitación de Vilches (eso hubiera sido muy triste). Sino que a partir del disparador de la anécdota y su evocación de lo que significó Vilches en su vida- como fortuitamente apareció una casette del Bululú que le signó su camino y su profesión- , va hilvanando narrativamente la historia de “su” Bululú.
Así es como Osqui homenajea a Vilches, contando su historia de costurero hijo de bolivianos que trabajaban en un tallar familiar y como la poesía de Vilches lo embelezaba y lo marcaría para siempre en su decisión de ingresar al Conservatorio de Arte Dramático, frente a la desaprobación inicial de sus padres y su posterior reivindicación frente a ellos, cuando lo escucharon recitar esos potentes versos en el Conservatorio,
De eso se trata esta propuesta encantadora, de evocar a Vilches desde una nueva y original mirada (la de Osqui y sus recuerdos). En ese sentido, el director Mauricio Dayub logra que varios de los clásicos recitados de Vilches empalmen a la perfección con los los relatos de Osqui y Leticia González de Lellis; hechos especialmente para articular los versos elegidos.
El mérito es todo de él, ya que tiene tan buena conexión con el público, que con gestos – no grandilocuentes, sino realmente ingeniosos- lleva el espectáculo adelante.
El vestuario (colorido y con referencias bolivianas) y la escenografía son funcionales para que el ambiente se cree propicio para el deleite de la escucha y la mirada.
Recomendable para ir con chicos un poco más grandes, que se enganchan con la empatía y la simpatía de Osqui y mientras tantos van incorporando buena literatura.
El Bululú De José María Vilches. Versión de Osqui Guzmán y Leticia González de Lellis. Con interpretación de Osqui Guzmán. Dirección: Mauricio Dayub. Iluminación y escenografía: Graciela Galán. Vestuario: Gabriela Aurora Fernández. Música original: Javier López del Carril. En el Salón Dorado del Teatro Nacional Cervantes. Sábados, a las 19; y domingos, a las 18.30. Duración: 60 minutos.
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