Hugo Midon


Con tres espectáculos en cartel, una escuela de teatro y varios proyectos en carpeta, Hugo Midón se muestra como un tipo tranquilo. Reconocido por su trayectoria como autor y director de teatro infantil, dirije desde hace veinte años ‘Río Plateado’, una escuela de formación actoral para chicos, adolescentes y adultos.
Hace casi treinta años estrenó su primer espectáculo, ‘La Vuelta Manzana’, que se repuso el año pasado en el Auditorio San Isidro y este año pasó al Teatro de la Comedia. Está próximo a estrenar en el Auditorio del Museo de los Niños, ‘Objetos Maravillosos’. Además se está presentando, en el Paseo La Plaza, una obra suya en la que actúan chicos de 9 a 14 años, ‘La Familia Fernándes’.

¿Como es el trabajo con los chicos actores de ‘La Familia Fernándes’?
Yo no había hecho hasta ahora espectáculos para chicos con chicos porque me parecía que era muy riesgoso el tema de ellos trabajando, ejerciendo profesionalmente el teatro. Pero depende del clima que se genere. En última instancia, del sentido que para ellos tenga. Tiene que haber un margen para que ellos sientan que es un juego, para que vayan afianzando, dentro de ese juego, ciertas responsabilidades.

¿Los chicos lo viven como un trabajo o como un juego?
Se vive como una responsabilidad. Puede ser muy placentero, pero hay ciertos códigos que también hacen al juego. Tenés que llegar a una hora determinada, tenés que ponerte tu vestuario y cuidarlo porque sabés que mañana te lo vas a tener que poner de nuevo. Códigos que hacen que esta experiencia se pueda repetir. Con respecto a los chicos, en función del teatro o en función de tantas otras actividades que ellos hacen (cantar, pintar, jugar al fútbol), todo requiere de una organización. El juego libre no existe.

En tu escuela trabajás con chicos, ¿son futuros actores?
No pretendemos formar actores niños sino utilizar algunas técnicas del teatro en función de la expresión. Lo tomamos como una actividad creativa para que el chico pueda canalizar, a través de algunos recursos del teatro, su expresión, sus juegos y su relación con los demás.

¿Cómo surgió la idea de re-editar ‘La Vuelta Manzana’, el clásico de Midón?
Surgió a partir de la producción del Auditorium San Isidro. Ellos hicieron un chequeo entre los docentes de la zona para ver qué obra querían ver y ‘La Vuelta Manzana’ fue la más elegida. A partir de ahí vino la propuesta de ellos de producir la obra. Como pasó mucho tiempo, pude hacerla. Sin embargo me cuesta bastante reponer espectáculos. Cada uno conforma una etapa de búsqueda y de ideas que empiezan a rondar, de plasmación de algunas propuestas estéticas que van quedando en el camino. Cada espectáculo fue hecho con un gupo determinado y después volver a armar ese grupo es difícil. Yo estoy muy apoyado en la gente con la que hago las cosas. Entonces, volver a hacerlo en otras condiciones me cuesta un poco.

¿Cómo ves en general el panorama del teatro infantil?
Tiene sus oscilaciones pero en los últimos años creció mucho a nivel de las propuestas artísticas. Por el surgimiento de algunos directores que son interesantes y tienen propuestas personales y maduras. Por ejemplo, Claudio Hochman, el Grupo Libertablas y Claudio Gallardou con La Banda de la Risa. Pero este año lo veo un poco decaído.

¿La televisión tiene algo que ver en eso?

No, eso está siempre. Siempre hay dos o tres espectáculos que bajan de la televisión para vacaciones de invierno y que se pueden vivir como una competencia o se puede tener otra apreciación. Yo creo que no son competencia de lo que nosotros hacemos, es otro público. Nosotros hacemos espectáculos de temporada. Apoyado en el trabajo de muchos años, se va conformando un público que va teniendo confianza en nuestros espectáculos. Hay cosas que no pasan por la televisión.

Como autor, ¿Cómo te sentís cuando otro dirige tus obras?

Mal. Hasta ahora mal. Tuve dos experiencias y realmente no me sentí muy bien. Juan Carlos Gené decía que había autores sentados y autores parados. Yo soy un autor parado, trabajo mucho al pie del escenario con el actor. Las obras mías empiezan siendo como guiones donde hay cosas muy estructuradas desde el comienzo pero todas las situaciones se van modificando. No son obras de teatro donde a través de lo escrito el director tenga una guía muy concreta. Yo ya sé lo que quiero decir, por eso no hago acotaciones en mis libros. Soy como un director que está escribiendo o un autor que dirige. Se me mezclan los roles.

¿Y Midón actor?

También trabajé mucho como actor. Pero después fui siendo distanciado por la complejidad en que nos fuimos metiendo. Las cosas se fueron complicando más desde todo punto de vista, en la puesta, en el trabajo técnico. El hecho de estar en el escenario no me permitía tener, a veces, una visión de conjunto y cada vez era más necesario que yo esté abajo. Fui eligiendo el lugar que me parecía más adecuado. Y me parece que fue una buena elección. Porque a partir de ahí crecí mucho, es otra visión, otra relación con los actores. La imagen del director se confunde bastante si uno está además en el escenario como compañero. Prácticamente dejé la actuación, pero en cualquier momento reaparezco. Tengo ganas de trabajar como actor en teatro para adultos.

¿Te interesa abrir el panorama hacia el público adulto?
Me interesa. Estuve a punto de dirigir ‘Las Hijas de Caruso’, que es un espectáculo donde van a participar Patricia Sosa y Valeria Lynch, pero no dieron los tiempos. Como parte de los talleres de posgrado de mi estudio, estoy trabajando en un espectáculo que se llama ‘Babia, el Bazar de las Ofertas’, un musical para adultos.

[via revista planetario]

Hugo Midón en Acceder, Red de contenidos digitales del Patrimonio Cultural, Ministerio de Cultura, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

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